Érase una vez un niño que soñó que era mago y se convirtió en uno en la realidad.
En otra parte un hombre montó un circo y su hija actuaba en éste haciendo cosas verdaderamente increíbles, como trapecismo, malabarismos, contorsionismo, equilibrismos y magia.
Estos dos niños crecieron, se conocieron y se enamoraron. Juntos crearon el espectáculo de “Superman, el hombre eléctrico“, que presentaron en diversos circos de gran renombre así como en salas de fiestas y con el que alcanzaron la fama.
Ambos estaban enamorados de la magia y continuaron practicándola bajo los nombres de “D’Artachy” y “Miss D’Artachy”. Actuaron en muchos lugares y conocieron a muchas personas pero, por motivos de salud, se vieron obligados a abandonar el circo y retirarse a la isla de Mallorca, donde continuaron actuando contratados por empresas de espectáculos.
En el tema personal, fruto de su amor tuvieron tres hijas y a la más pequeña la llamaron Aída.